Nuestra Historia
Candy Rouse y Manuel Muse inauguran en noviembre de 2018, La Divina Imperfección.
No les gusta definirlo como una peluquería, sino como un espacio sensitivo… Sigue leyendo y averiguarás qué significa realmente esto.
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A la Divina Imperfección entras de una manera y sales de otra. El estrés, la tensión, los nervios, las prisas… tan presentes en el mundo acelerado en el que vivimos no tienen cabida en este espacio. Cuando atraviesas la puerta de este local, te invade una tremenda sensación de tranquilidad y bienestar.
Sus propietarios, Candy Rouse y Manuel Muse, nos cuentan como han creado este oasis de tranquilidad tan necesario en una ciudad como Madrid.
Lo primero que les gusta dejar claro a Candy y a Manuel es que la Divina Imperfección no es una peluquería. A ellos les gusta definirlo como un espacio sensitivo: “un lugar donde el cliente podrá probar en un mismo espacio muchas sensaciones”, puntualizan.
¿Cómo lo consiguen? De entrada, con una exquisita decoración basada en el paisaje africano y en los rincones insólitos de La Habana.
El trato cálido y cercano que brindan a sus clientes es otra de sus señas de identidad. “En esta sociedad estamos faltos de cariño. Cuidar al cliente, escucharle, tratarle con mimo es lo que nos diferencia”, explica Candy.
La Divina Imperfección se crea con una necesidad, ya que es un espacio que hasta ahora no estaba implantado en el sector de belleza. Pues, cubrimos todas las necesidades del cliente dirigidos a un bienestar global con una filosofía clara y peculiar.
Transformamos a la peluquería de las prisas en una de sensaciones que te trasladan a tu yo interior trabajando con tu energía, emociones y sensaciones que alinean el eje cuerpo-mente y contribuyen a nuestro bienestar global de relajación.
Esas sensaciones ya se perciben desde que entras a los salones, ya que todo el personal está formado en las últimas técnicas, tendencias y lo más importante, nuestra filosofía en donde la energía y las intenciones se manifiestan al momento de aplicarte el tratamiento, esta formación esta brindada por los propietarios Candy y Manuel.
Vamos más allá de la peluquería ecológica y estética saludable, porque a través del desarrollo de los sentidos y un trato cargado de energía intencionada, se obtienen resultados de calidad que a su vez que potencian la sensación de bienestar y tranquilidad donde el compromiso es aportar sentimientos.
La divina imperfección es el futuro de una sociedad a la que le gusta cuidarse el cabello con productos saludables y nuestra marca colaboradora es Secretos del Agua
MANU MUSE
Tras 20 años de profesión, al máximo nivel de creación, abriendo 8 centros en Madrid, y creando una empresa con más de 40 empleados, Manuel Muse, a sus 38 años, abre el primer salón sensitivo en España, siguiendo los máximos protocolos de actuación en el plano profesional y humano. Aportando esa experiencia y el buen hacer de las cosas, te sentirás en otro estado mental y te transportará al sitio que siempre habías soñado. Sin dejar de lado lo más importante, un trato cargado de humanidad a través de nuestro fantástico equipo, del cual no podemos estar más orgullosos, ya que no encontrarás a otras personas con tales sentimientos hacia el cliente.
En todos nuestros trabajos nos basamos en las imperfecciones, para jugar con ellas, y las hacemos imprescindibles para nuestros clientes. Por esta razón, adoramos emplear nuestro trabajo en jugar con las texturas del cabello para realzar la belleza de cada cliente. Nuestro máximo compromiso es aportar sentimientos a todos los niveles en nuestro trabajo, esforzándonos al máximo nivel para que las texturas, colores y formar sean las más adecuadas para nuestros clientes.
CANDY ROUSE
Dos décadas, años de experiencia, me han servido para el máximo grado de formación en terapias naturales y alternativas. Técnicas basadas en el cuidado de la piel, no sólo a nivel corporal y facial, sino más allá. Emociones y sensaciones que consiguen alinear nuestro eje cuerpo-mente y contribuyen a nuestro bienestar global.
He podido estar en contacto, conocer lugares y culturas ancestrales con miles de años de tradición, que ha ido transmitiéndose de generación en generación para proteger nuestra mente del estrés llevándola a su máximo nivel. He recorrido Asia, India, para finalizar en la cultura Maya, recorrido del que toma raíces este nuevo proyecto, junto a mi marido, Manuel Muse, basado en sentimientos tanto corporales como faciales, y terminando con la desintoxicación mental que nos atrapa día a día.
Impulsados por la complicidad y la trayectoria de nuestras profesiones, nos embarcamos en el proyecto de nuestras vidas, en el que nos hemos esforzado en transmitir a nuestro equipo todo lo aprendido, y practicado en nuestra carrera.
Hemos dado forma y fusionado nuestras profesiones, dando el máximo resultado tanto en texturas, como en colores, formas, y sentimientos. Damos las gracias a todas aquellas personas que encontramos en el camino y que nos transmiten su sabiduría sin pedirnos nada a cambio.